Despacito, que puede doler.
13 dias pasan muy rápido, la verdad.
Es una obviedad, lo se. Y más cuando se disfrutan, porque estoy convencido de que estas casi dos semanas han sido mucho mas largas para cualquiera de los inmigrantes que llegaban a las mismas costas en las que yo tomaba el sol o miraba atardecer, en Tenerife. Para los que llegaron, que dos murieron en el océano.
Y, no digamos para quienes han sufrido la guerra de Israel contra el Líbano. Acabo de leer que quizá esta semana pare el asunto. Supongo que ya se habrá llegado a las cotas de destrucción de la ciudad necesarias para que sigan funcionando las empresas constructoras. Esas que en estos casos solo restan de los ingresos previstos los costes estimados, olvidando los muertos que quedan en el camino.
Ciertamente, para los palestinos que lloran de impotencia y para los subsaharianos que miran a Europa con esperanza, estos 13 días deben haber sido realmente mas largos que para mi, que los disfruté con mi nene, a pesar de la otitis que pillé, pero que nada ha podido hacer contra el tiempo con algunos amigos, el tiempo de sosiego, y el maravilloso broche que ha supuesto para mi descanso la emocionante boda de agustín y javi, que deben estár camino de Mykonos : )
Que injusto es el mundo, nosotros tan felices y otros sufriendo tanto...
Confiemos en que algún día de estos el veto en la ONU no sea posible para USA, quizá algo más de felicidad ganarán algunos paises, aunque no tengan tierra reconocida.
En fin, sigamos caminando, y el que escribe, volviendo de vacaciones, poco a poco, despacito, reincorporandose a la actividad diaria con pausa y sosiego, que algunas cosas pueden doler un poquito si no se hacen con tacto y cuidado.
Pd.- La viñeta es de Eneko las Heras, que descansa ahora en agosto, como la versiòn impresa del diario en que la publicó, 20minutos.es.